... me tienen los huevos al plato.
Hoy vino una escritora a dar una charla al colegio privado donde trabajo como bibliotecaria . La chica escribió un libro de crónicas sobre trabajos precarios: aparentemente se "infiltró" en diversos laburos de ese tipo inventandose un currículum (call centers, mcdonalds, supermercados, etc) y luego narró las experiencias que vio y vivió en estos trabajos. La denuncia se mezcla con historias de vida y ella en el fondo parece no saber muy bien para qué escribió el libro que le propuso el dueño de la Editorial, aunque está contenta.
No voy a reflexionar sobre las implicancias éticas que puede tener no revelarle su verdadera identidad a sus compañeros/as (y a veces amigos/as) de trabajo, o grabarlos y transcribirlos sin su consentimiento, quizás porque durante dos horas los chicos de 5to año (que pagan 1.800 pesos mensuales de cuota) se dedicaron a indagar los fantasmas y las culpas que la chica asume tener por haber contado historias íntimas de gente que confió en ella, o hacer de sus amigos personajes literarios. ¿Que el libro ayuda a concientizar a los trabajadores o bien, como dijo el vicerector, nos educa como consumistas? (el consumistas en lugar de consumidores juro que fue literal). Puede ser, pero mucho más educa la Coordinadora de Trabajadores Precarizados que durante un par de años se sostuvo con escraches a las empresas que precarizan, y de la cual formaron parte muchísimos de mis amigos o compañeros.
Entonces necesito gritar la bronca que me dio escuchar a directivos y alumnos charlar sobre la explotación y la barbarie del sistema capitalista y su legislación laboral, mientras la preceptora y yo (que fuimos gentilmente invitadas a participar de la charla) cobramos un salario que es por 5 horas diarias mientras trabajamos 7. Es decir, que yo apenas llego a sobrevivir con los $1510 mensuales que me pagan cuando en realidad debería estar ganando aproximadamente $2.000.- Eso, por supuesto, no es explotación ni es barbarie y mucho menos es tema de conversación con los alumnos o los empleados de la escuela.
Después todos juntos hablan pestes del trabajo temporario, de la falta de estabilidad, de cómo se juega con la necesidad de la gente... claro, cuando en diciembre del año pasado decidieron darme "de baja" para no pagarme los meses de vacaciones y me reincorporaron recién en marzo, dejandome dos meses sin sueldo y obligándome a laburar free lance, se ve que todavía no habían leido el libro.
martes, 8 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario